las vacaciones quedaron atrás


Se nos terminaron las vacaciones: 
Todavía no terminó el verano, pero sí las tan ansiadas y disfrutadas vacaciones con mi esposa Susana con la  que  decidimos ir a Junín de los Andes ya que hacía mucho que no íbamos (3 años nada más, lo cual era mucho para nosotros).Preparamos las maletas y obviamente los equipos de pesca. Viajamos tranquilos y al llegar a Junín de los Andes compramos  las licencias de pesca, nos instalamos unos días en la Hostería del Tano Vano (muy buena, cómoda y bien atendida por Gigi Pironi, (un atador de moscas excepcional) y Rosa;  y luego la cabaña de Estela, muy cómoda y bien atendida por su dueña, quien también practica esta modalidad de pesca. De ahí caminamos hacia el río Chimehuín que dista 2 o 3 cuadras de los citados alojamientos del barrio Jardines del Chimehuín. Unos lances y algún piquecito nos dieron la bienvenida. Al día siguiente al Malleo, uno de nuestros ríos favoritos, en su desembocadura con el río Aluminé, donde nos encontramos con nuestro amigo Hernán Salvay que se encontraba pescando. Allí comencé enseñando algo de lanzamiento a Susana, para luego en unos lanzamientos en un pozón capturó su primera trucha. De allí en adelante todos los destinos dentro de la zona se sucedieron en lugares de pesca.


 Recorrer los lagos Curruhué, Laguna verde, conocer las termas de Lahuén co que nos sorprendió con su belleza, el Escorial; en otra jornada nos dirigimos a Lago Nonthué y río Hua Hum (donde además de Susana haber obtenido varias capturas, estrené una mosca de mi creación, la Pepe may fly, una seca con alas de pato, que al primer lance capturó una trucha, varios piques seguidos y al quererla hacer llegar mas allá se me enganchó en una al centro del río y obvio que la perdí), también el  río Meliquina. En todos estos lugares siempre pescando y disfrutando los paisajes de nuestra Patagonia. Y varias jornadas en distintos sectores del río Malleo, desde el Parque Nacional hasta su desembocadura, donde me alegró mucho poder disfrutar pescando con mi señora.
Una de las tardes Susana me acompañó en una flotada de medio día en el Chimehuín, donde ella fue la camarógrafa y fotógrafa de la jornada, con la balsa de un amigo, Fernando Leva, quien me ayudó a lograr  varias capturas de Marrones y Arco iris en un día quizás excesivamente caluroso para pescar. Excelente servicio y asesoramiento, muy necesario ya que en tantos años de pesca fue mi primer flotada. Quiero contar como anécdota que por mi entusiasmo e intensidad de lanzamientos  al día siguiente me tuve que aplicar un desinflamatorio.

Una tardecita en el Malleo superior sentados en unas rocas en medio del río pudimos ver una gran eclosión de caddis y la locura de las truchitas comiendo, Susana con una mosca seca tuvo mas de 10 capturas,  me corrí hasta un pozón río abajo y allí del otro lado del cauce veo algunos lomos que aparecían, logré colocar una mosca grande (tarántula X) la logré hacer derivar ya que era difícil por la fuerte corriente que me separaba, deriva apenas un metro y veo el lomo que salió como una flecha atrapando mi mosca;  disparada hacia la corriente, una pelea muy intensa, con una mano trataba de filmarla y la otra con la caña, hasta que la pude dominar, la arrimé, saqué el anzuelo sin levantarla, la recuperé y un coletazo me despidió.
Así un día mas en Malleo y a desandar el camino hasta Junín (pero de provincia de Buenos Aires); nos despedimos de Estela, de Gigi, de Rosa, de Fernando y del dueño de la pizzería Sigmund (donde hemos disfrutado varias noches de sus truchas, pizzas y demás exquisiteces). 1500 Kilómetros y nuevamente a soñar con otro posible viaje; reencuentro con  amigos y familia, y tratar de encontrar las esquivas tarariras y doradillos en nuestra zona.
No es necesario pescar grandes y muchas piezas para decir hemos disfrutado de un viaje  donde la naturaleza. Algo que quisiera agregar a esta pequeña nota sobre nuestras vacaciones; es muy lindo disfrutar con nuestra esposa momentos de pesca, enseñarle a pescar y vivir buenos momentos en companía.

no nos privó de nada: descansar y pescar dentro de un paisaje maravilloso.